Cuando acaba la temporada de baño es normal que te plantees como afrontar el mantenimiento de tu piscina durante la larga temporada de invierno y qué puedes hacer para que la puesta en marcha del año que viene sea más fácil y barata. Es aquí donde surge el dilema de si invernar la piscina o dejarla en funcionamiento durante la época invernal.
Otra opción sería el vaciado de la piscina, pero desde Momentos Piscina obviamos esta opción por su gran consumo de recursos (agua) y por su alto coste económico. Así pues, debemos plantearnos cuál es la mejor respuesta a nuestra pregunta: ¿debemos invernar la piscina aunque no podamos utilizarla durante el invierno? O por el contrario, ¿debo dejarla en funcionamiento aunque suponga un mayor coste?
Te contamos cuál es nuestra mejor opción y, por supuesto, nuestras buenas razones:
Lo más habitual es detener el funcionamiento de la piscina y añadir productos químicos de hibernación o invernadores piscina para mantener el agua de tu piscina en las mejores condiciones posibles. El uso de estos productos te permite mantener el agua sin algas, hongos y bacterias. Esto es lo que se conoce como: hibernar la piscina o invernar la piscina.
Para poder realizar la invernación se necesita que el agua de tu piscina tenga una temperatura inferior a 15ºC. ¿Qué pasa si vivo en una zona donde hace mucho frío y el agua puede congelarse? en ese caso te recomendamos que tomes medidas como dejar elementos flotantes repartidos en el agua y bajar el nivel del agua por debajo de los skimmers (son esas «ventanitas» que hay en la pared de la piscina, cerca de los bordes).
En la actualidad, se está instalando otro sistema que tiene una mayor conciencia ecológica y sostenibilidad para el medio ambiente: consiste en mantener el agua de la piscina en perfectas condiciones durante todo el año con la mínima adición de productos químicos y un mínimo consumo energético. ¿Cómo te suena esta alternativa?
Este sistema de dejar la piscina en funcionamiento tiene varias ventajas como por ejemplo ayuda a que cuando tengas que ponerla en marcha, no hayas de “preparar” el agua con la adición de gran cantidad de cloro u otros productos químicos, y la utilización de agua nueva, ya que el agua estará en perfectas condiciones, con lo que estas acciones te suponen un ahorro económico importante.
La cloración salina, la hidrólisis, los ultravioletas, la neolysis, son otros sistemas que ayudan a minimizar la utilización de productos químicos o incluso hacer que no se precisen.
El filtro necesita trabajar, al menos no dejar de hacerlo durante un prolongado período de tiempo, para que al usarlo en verano la depuradora se encuentre en óptimas condiciones. Teniendo en cuenta la temperatura del agua en invierno, el tiempo de filtrado en este periodo se reduce considerablemente, siendo suficiente ponerlo en marcha 1 o 2 horas al día. En caso que no puedas hacerlo a diario o prefieras dejar la piscina parada durante varios días y poner a trabajar el sistema de filtrado un día a la semana, puedes hacerlo entre 4 y 6 horas ese día, con ese tiempo será suficiente.
Otro aspecto que tienes que tener muy en cuenta es la posible congelación del agua, debido a las bajas temperaturas. Dependiendo de la estructura de la piscina, el que se congele la superficie del agua puede ser muy perjudicial para el vaso de la piscina, pudiendo llegar a producir fisuras y roturas con la consecuente pérdida de agua. Para evitarlo puedes hacer lo que te dijimos anteriormente.
Un complemento de gran utilidad para tu piscina en esta temporada del año es el cobertor de invierno. El uso de cobertores de invierno es muy habitual, ya que impide el paso de la luz solar, limitando así la formación de algas y la caída de otros elementos externos como hojas o partículas del entorno. Impide también la evaporación del agua y disminuye el uso de productos químicos entre un 35 y un 50%. Además es un perfecto sistema de seguridad, ya que evitará caídas inesperadas, tanto de niños como de mascotas.
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